La canción más famosa de Compay Segundo
El «Chan Chan» fue estrenado en la Casa de la Trova de Santiago de Cuba por Compay Segundo y Eliades Ochoa junto al Cuarteto Patria.
“Yo no compuse «Chan Chan»; la soñé. Sueño con la música. A veces me despierto con una melodía en la cabeza, oigo los instrumentos, todo muy clarito. Me asomo al balcón y no veo a nadie, pero la escucho como si estuvieran tocando en la calle. No sé lo que será. Un día me levanté escuchando esas cuatro noticas sensibles, les puse una letra inspirándome en un cuento infantil de cuando yo era niño, Juanica y Chan Chan, y ya ves, ahora se canta en todo el mundo”.
De esta manera Máximo Francisco Repilado Muñoz (1907 – 2003) explicó a la prensa cómo le surgió la inspiración para componer uno de los temas emblemáticos de la música cubana contemporánea. Catalogada como un son, esta pieza sumamente famosa, que incluso la interpretó su autor en el Vaticano, fue concebida por Compay Segundo en 1987. Trata de dos personajes, Juanica y Chan Chan, conocidos por el músico en su infancia y que inspiraron la creación que encumbró a Repilado en su vejez.
La versión más conocida y que obtuvo fama mundial es la primera pista del disco Buena Vista Social Club (publicado el 16 de septiembre de 1997), con Ibrahim Ferrer y Eliades Ochoa. Precisamente este último fue uno de los músicos que estrenó junto a Compay Segundo “Chan Chan” 10 años atrás.
Cuenta Eliades Ochoa que conoció a Compay Segundo en los años 86-87, en el Parque Serrano, en Santiago de Cuba. Allí se lo presentó el entonces director del Cuarteto Patria. Como Eliades oía a Compay desde muy pequeño, según confesó en uno de sus documentales biográficos: “Me dio mucha alegría conocerlo. Nos sentamos a hablar de todo. El metió la mano en el bolsillo de su guayabera.
“Sacó un casete y me dijo: «Aquí tengo grabada toda la música mía. He venido porque me hace falta que usted me monte mis sones y guarachas en el repertorio del cuarteto para cobrar algo por derecho de autor. En ese casete hay una cosa que quiero hagamos algo con ella. Yo le puse «El Chan Chan», de momento no te puedo decir si es un son u otra cosa».
“Verdad que tenía un tumbao extraño aquella canción (sonríe Eliades). Le dije que no había problemas con eso. Nos despedimos, vine para mi casa. Cogí la grabadora, puse el casete y empecé a oír todas las canciones aquellas de Compay: «Macusa», «Yo canto en el llano», etc. Salió el famoso «Chan Chan», pero con la armonía solo del bajo y él cantando: «De Alto Cedro (…) voy para Mayarí».
Recuerdo que fuimos cambiando eso (la forma de cantar la letra) con mi política cariñosa hacia él y con todo respeto. El aceptó ponerle cosas. Yo lo invité y le dije que hacía falta que estuviera presente en los ensayos donde iba a hacer una de sus guarachas. Yo me las sabía, pero como él era el dueño podía ayudarme a hacerlas lo mejor posible. Cuando comenzamos a ensayar yo oía la voz segunda aquella gigante, y me doy cuenta de que Compay estaba muy fuerte todavía y era una pena que no estuviera activo. Cuando el Cuarteto Patria tenía una actuación en la Casa de la Trova, en Santiago de Cuba, el Compay iba. Yo lo invitaba a cantar y se lo presentaba al público.
“Cantamos en la Casa de la Trova por primera vez el famoso «Chan Chan». Esa canción tiene algo que engancha. La gente empezó a pedirnos el tema”. En ese tiempo recuerda Eliades que a Compay Segundo lo contrataron en la Dirección de Cultura provincial de Santiago de Cuba y así se incorporó al Cuarteto Patria. “Ahí estuvo hasta el año 1991, que se fue para La Habana, ya con el famoso «Chan Chan».
“Me siento muy feliz y contento de saber que aquel hombre volvió a ser lo que nunca dejó de ser: Compay Segundo”, concluye Eliades Ochoa la historia que lo une para siempre al “Chan Chan” y a su entrañable compositor.
FUENTE: SUENACUBANOS.COM
MAIL: rumbayguateque.com
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