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“El Conjunto Clásico fue una locura en Cali, le debemos mucho a esta ciudad”: Tito Nieves

 

SUMARIO: Un 4 de junio de 1956 nació en Río Piedras el pequeño Humberto Nieves, que luego se convertiría en el gran Tito Nieves, salsero icónico de la música afrolatina. Gerardo Quintero Tello, director del Noticiero 90 Minutos, nos presenta una conversación en clave salsera con un artista agradecido del calor que Cali le brindó. “Este servidor es reconocido en el mundo porque todo comenzó aquí, en Cali”.

Por Gerardo Quintero Tello
Periodista y director del Noticiero 90 Minutos, escritor de los libros de salsa ‘Ecuajey’ y ‘Traigo de Todo’

Tito Nieves se queda en silencio por unos segundos, parece no entender la pregunta, pero rápidamente levanta su mirada y con seguridad me dice: “Nunca pensé que iba a ser así. Jamás me imaginé que esto iba a llegar tan lejos”.

Humberto Nieves, el mismo ‘chamaco’ que nació en Río Piedras, Puerto Rico, un día como hoy, 4 de junio de 1956, le cuesta reconocerse -tal vez por su infinita sencillez- como un portaestandarte de la salsa mundial.  Ese Tito que algún momento fue bautizado como ‘El Pavarotti de la salsa’, más por su entonces voluminosa figura que por el tono de la voz, intenta ser consciente de que junto a su gran amigo Gilberto Santa Rosa son leyendas que encarnan lo mejor de la salsa y que tomaron el relevo de ‘caballos’ que ya partieron como Cheo Feliciano, Ismael Rivera, Celia Cruz o Héctor Lavoe. Y es que justamente con este último, con ‘El hombre que respiraba debajo del agua’, Tito Nieves comenzó sus primeros acordes musicales serios. Y digo serios porque desde muy pequeño Tito tenía una gran afición por la música, pero no precisamente por los ritmos afroantillanos, la verdad es que lo suyo eran las rancheras y los tríos: Javier Solís, Vicente Fernández, Los Panchos eran referentes a los que trataba de emular. Incluso, con el tiempo y ya de su época, Juan Gabriel, Marco Antonio Solís y Daniela Romo, talentosos baladistas, fueron inspiración para su entrada a la salsa romántica.

A mediados de los años setenta su vida comenzó a cambiar. Un viaje a Nueva York para cantar con el Grupo Cimarrón fue la puerta de entrada para que luego Lavoe se fijara en el novel artista que iniciaba en el difícil mundo de la salsa.

Con el ‘flaco’ hizo coros y comenzó a destacarse por la brillantez de la tesitura de su voz y la calidad humana que siempre le reconocieron sus pares. Pero fue dos años después, en 1979, cuando Tito se convierte en una gran celebridad salsera al irrumpir en el firmamento musical una agrupación legendaria que desde Cali comenzó a sonar hacia el resto del continente.

El Conjunto Clásico, también conocido como Los Rodríguez, arranca una exitosa trayectoria de la mano de Ramón Rodríguez (el excelso compositor), Raymond Castro (el hombre de los negocios) y el inigualable Tito Nieves, quien hace de su voz una bellísima epifanía musical que hace recordar a las más grandes voces del concierto latinoamericano. Antes, Tito se había destacado en una orquesta llamada La Masacre, con un sonido muy similar a lo que hizo en el Clásico y que dejó algunos temas legendarios como ‘Jóvenes y Mayores’, ‘El Pregonero’ y ‘Domingo me Llaman’. La orquesta liderada por Julio Castro también tenía en su sección de vientos a nadie más ni nadie menos que el gran Mario Ortiz Jr. En esa orquesta Tito mostró todo su talento juvenil, una voz impecable, limpia y con una intensidad absoluta. De hecho La Orquesta La Masacre fue la base para la posterior formación del Conjunto Clásico y precisamente Ramón Rodríguez estuvo en la creación de ambos conjuntos.

El amor y el reconocimiento que siente Tito por Cali es único. “Cuando llegamos por primera vez yo no entendía lo que pasaba. La gente nos recibió con carteles, mucho ruido, éramos como un Grupo Menudo de la salsa”, dice entre sonrisas este hombre gigante de corazón que con sus interpretaciones ha logrado seducir corazones y poner a bailar a millones de fanáticos.

Hoy sigue hablando de sueños, de esperanzas y de tristezas, como el recuerdo de la muerte de su hijo al que rinde un homenaje cada vez que interpreta ‘Fabricando fantasías’, una canción que lo sobrecoge y que le produce un torrente de sensaciones difíciles de explicar.

Tito Nieves siente que mientras haya un caleño en esta tierra, la salsa nunca acabará, ahora solo le importa seguir produciendo, continuar cantando y dejar el alma en cada interpretación.

Maestro, llega con una sorpresa musical a Cali, con un lanzamiento que hace con un amigo entrañable suyo, Gilberto Santa Rosa, de qué se trata esta apuesta

Es un tema muy importante para mí porque me traslada a mi adolescencia en 1974 cuando yo estaba entrando al tercer año de la High School y formamos una orquesta. Mi maestro de español me muestra el disco de Willy Chirino y nos preguntó que si queríamos grabar ese tema ‘Soy’ y yo tocaba el bajo, yo no canté solamente hice coro en ese tema. En 1976 la charanga estaba muy fuerte y ese disco, ‘Soy’, se vuelve charanga con la Típica y en la voz de Hánsel y Raúl. Pasan los años y estoy en una conversación con Willy Chirino y le recuerdo la anécdota de lo sucedido conmigo en la escuela y me dice que sí, que el maestro Raúl Rodríguez también le había dado música a él, entonces le digo a Willy, ‘mira, algún día voy a grabar ese tema’.
Este año hace como cuatro meses le dije a mi esposa qué pensaba de grabar ese disco y me dijo, ‘claro, hazlo’, entonces llamo al maestro Ramón Sánchez que es arreglista y muy rápido ya estábamos grabando.  Justo por esos días fallece un amigo en Puerto Rico, que también era muy cercano a Gilberto Santa Rosa y entonces nos vemos en la Isla y cuando estamos desayunando contentamente le digo, ‘oye, voy a grabar el tema ‘Soy’ y él me responde, ¿cómo? Yo también’. Entonces Gilberto me pregunta, ‘pero tú ya tienes la música y los arreglos’ y yo le respondí que sí, que íbamos a grabar hoy y Gilberto me dice no, entonces grábalo tú. Pasa como un par de semanas y nos encontramos en Miami y le digo a Gilberto: ‘Oye vamos a grabar los dos el tema Soy’. Si tú quieres yo quiero, me respondió Gilberto y así fue.

Maestro, pues sin duda es un disco que marcó una época de la charanga, La flauta y el violín sonando en todo su esplendor y especialmente en esa ‘Charanga 76’, que hizo de esos dos instrumentos su gran clave rumbera de esa época. En el caso del disco que usted hace con Gilberto Santa Rosa le bajan un poco al violín y a la flauta, es decir lo hacen menos charanguero.

No, lo que pasa es que el arreglo musical que se le hizo era mucho más bailable porque yo lo que quería era otra versión. Willy la hizo en balada pop, después la hicieron en charanga. Yo quería algo más con ese swing estilo Frankie Ruíz porque Ramón Sánchez fue uno de los arreglistas que más le hacía temas.

Y cómo se sintió trabajando con su compadre Gilberto Santana

Esta es como en la tercera producción que hemos hecho juntos, en ‘La salsa Vive’ Gilberto estuvo conmigo, después yo participé en la canción ‘Mi familia’, en una de las producciones de él, y ahora está conmigo acá. Nosotros tenemos una relación, un respeto que ni pedimos permiso. Si él me necesita sabe que puede contar conmigo y yo igual.

Ustedes hoy son realmente dos de las máximas figuras actuales de la salsa, dos de las representantes más importantes y que sostienen la bandera de la salsa, ¿Cómo se siente usted en ese papel?

Yo creo que cuando nos iniciamos en la música no sabíamos la responsabilidad que íbamos a tener. Hoy en día somos artistas que nos mantenemos vigentes, hasta me han hecho la pregunta que si somos rivales, si estamos en competencia, eso jamás, lo que pasa es que coincide que yo grabo un disco, Gilberto graba el otro, pero todo es porque queremos mantenernos vigentes. Ahora, por más que grabemos, la gente siempre se dirige a los éxitos, al legado, aparte de Gilberto y mi persona hay una cantidad de pioneros de la música que todavía también están activos, mira el Gran Combo, don Rafael Ithier 96 años de existencia, La Ponceña con 68 años, Willy Rosario, con cien años, y yo tengo que llegar allí.

Bueno, maestro pero usted se ve jovencito, está como en una nueva vida

No mira, ya tengo 64 y te digo la verdad, me veo bien, pero algunas veces el cuerpo te pasa factura luego, yo en mi casa tengo otra mujer que se llama ‘dolores’, de espalda, de cabeza, de rodilla, jajajaja…

Ahora que hablábamos del legado. Recuerda ese histórico álbum en el que se ve un ranchito de madera y una familia con sus hijos y que dice arriba: Conjunto Clásico, canta Tito Nieves

Me trae gratos recuerdos, especialmente aquí en Cali. En 1979, el año que sale este disco creo que fue enero o febrero, unos meses después, en junio, nosotros llegamos a esta ciudad y quedamos asombrados porque hubo una cantidad de fanáticos. Para esa época no creo que estuviera el Grupo Menudo, pero fue algo así el recibimiento, con carteles de bienvenida, yo dije ‘diablos, qué es esto’. La otra anécdota es que si tu vez la foto que nos tomamos para el álbum, eso fue en Nueva York, y nos vemos muy bien trajeados, pero la verdad es que debajo de esta chaquetas tenemos ‘shores’ porque estaba haciendo un calor increíble en Nueva York. Lo mejor de todo es que el disco completo se pegó en Cali y en Colombia, ahí están ‘Los Rodríguez’, ‘Sin rumbo alguno’, ‘Al salir del Sol’, ‘Barriguita llena’, ‘Ay qué bueno’, ‘Olga y Margara’. Ese disco de ‘Los Rodríguez’ me trae ahora otro recuerdo y es que mucha gente se confundió con el título de la canción porque cuando llega este disco acá creían que era dedicado a Miguel Rodríguez, pero no era así. El Conjunto Clásico fue una locura en Cali, le debemos mucho a esta ciudad, ustedes fueron los que le dieron la patadita que necesitaba de la buena suerte. Al punto que el Conjunto Clásico y este servidor son reconocidos en el mundo porque todo comenzó aquí en Cali.

Hace poco hablé con un gran amigo suyo, el maestro Ramón Rodríguez, y me contó cómo se deslumbró con su voz y esos trabajos musicales previos a la conformación del Conjunto Clásico

Cuando estoy con Héctor Lavoe, Ramón me hace la propuesta de grabar con Julio Castro y la Masacre, con el permiso de Héctor. Durante la semana, de lunes a miércoles, grabamos en Puerto Rico y regresamos porque ya el jueves al domingo se trabajaba en Nueva York. Cuando lanzan el tema de ‘El Pregonero’, que pegó de una, ellos me hacen el acercamiento para quedarme en Puerto Rico, pero yo les dije que no podía porque mi primera esposa estaba encinta de mi hijo fallecido y Ramón también tenía a su esposa en embarazo de su hijo ramoncito y obviamente cada uno tenía su trabajo: yo estaba con Lavoe y Ramón tocaba con Luis ‘Perico’ Ortiz. Entonces qué pasa, tuvimos una conversación con Raymond Castro, él ya no estaba con Pacheco y tenía en ese momento dos tiendas de zapatos, pero siempre había querido tener un sello. Entonces Ramón Rodríguez se le acerca y le dice mira este es el disco que grabamos con La Masacre, escucha a ese muchacho, si tú me dices que sí, formamos una orquesta y vamos pa’ lante. Bueno, el hecho es que todo el mundo se entusiasmó y buscaron tantos nombres y no se ponían de acuerdo. Y la que era esposa de Ramón Rodríguez, Ivonne, fue la que dijo ‘oye, ponle Conjunto Clásico’, eso fue en 1979, y así quedó bautizado el grupo.

Usted mencionó hace un momento a su hijo lamentablemente fallecido,

Hommi, es tremendo todo el esfuerzo que tiene que hacer a la hora de cantar

‘Fabricando fantasías’, es como una suma de emociones, maestro…

Es un dolor que nunca se te quita y ahora más porque mi hijo cumpliría por estos días 44 años. Hace poco estuve en el Festival de salsa en Chicago, había como 25 mil personas y ahí también fue impresionante y es que esa canción tiene ese efecto, porque por más que yo trate de cantar, el público termina apoderándose de la interpretación, con una pasión increíble, mira es una bendición de Dios, pero al mismo tiempo te llega a lo más profundo, a veces me doblo en el escenario, le doy gracias a Dios, pienso en mi hijo y le doy gracias a él también y sé que él está bien… La alegría de que esa canción llegó a millones de personas, hoy en día tiene más de 12 millones de reproducciones. ¿Qué más puedo pedir? O sea, soy una persona que entró a una cabina a grabar canciones. Yo no espero que todo sea un éxito, pero el éxito mío es cuando te llega al corazón. Esa canción ‘Fabricando fantasía’, nunca esperé que fuera a tener esa reacción del público porque para mí era una forma de desahogarme porque estaba pasando por ese momento doloroso y, sin embargo, la gente ha adoptado esa canción como suya. Hace poco estaba en una emisora con mi esposa, nos llamó una señora y se puso a llorar, tú sabes, ella dándome gracias a mí porque gracias a esa canción pudo sobrellevar una pérdida y es difícil algunas veces porque yo soy de carne y hueso.

No sé si usted se ha dado cuenta o lo ha pensado, pero muchos de los discos que usted ha interpretado tienen una carga emotiva demasiado fuerte, no son solamente para bailar sino que albergan un mensaje bien fuerte como ‘Solitario’, ‘Señora Ley’, ‘Sonámbulo’, ‘Sin rumbo alguno’, ‘Fabricando fantasías’.

Seguro que sí, siempre he visto mi carrera como el actor que tomó el guion de una película y que digamos tiene que hacer un papel de villano, entregarse a ese personaje y lo hace tan bien que tú lo ves en la calle y tú mismo lo ves en la calle y le dices ‘yo te odio’. No es que esté fingiendo nada, yo no tomo ninguna canción que no esté sintiendo. Detrás de ese micrófono, a través de la cocina, de tu carro, de tu casa, de donde sea yo tengo que hacerte sentir lo que busco: felicidad, tristeza, alegría, esperanza y las canciones obviamente tienen que tener un significado.
Mira, una canción como ‘Señora Ley’ la comparo con ‘El Preso’ y hace poco le dije a Fruko y al maestro Diego Galé que algún día voy a regrabar ‘El preso’, a mí me encanta esa canción y tiene cosas muy parecidas a las de ‘Señora Ley’. Ramón Rodríguez, compositor de ese tema, tiene la habilidad de escribir canciones con sentimientos y canciones jocosas, es algo increíble. Mi papá tiene 94 años y me dice, Ramón Rodríguez es uno de los mejores compositores de la historia. Mi papá salió muy joven de Puerto Rico, él se crio en el campo y se identifica mucho con esa vida de Ramón, que es un jibarito, tú a Ramón lo llevas a la ciudad, pero él mentalmente sigue en el campo, hoy día vive en una loma, porque esa es su vida, donde más compone canciones es allí, en esos espacios, es un genio. La única cosa y lo digo con Franqueza, a Ramón nunca le interesó el dinero, el negocio. Él quería componer, le gusta estar frente a una tarima, le gusta es el coro, tiene que estar activo.

Sí, es verdad, Ramón es un músico natural, por ese cariño que usted le tiene maestro, sé que ha venido pensando volver a reunirse con los fundadores del Clásico, hay alguna posibilidad de volver a verlos en Cali

Ese sería mi sueño, porque nosotros tres tenemos una deuda con Cali, yo quisiera hacerlo pero solo Dios sabe, yo me apunto. Yo sé que cada cual está haciendo lo suyo, pero podemos llegar a un acuerdo porque Cali nos ha dado todas las bendiciones, los aplausos y necesitamos de una forma u otra devolverle a esos fanáticos que por 44 años nos han apoyado. Para mí ese sería un momento hermoso, poder volver a reunirnos y tocar en Cali como el Conjunto Clásico.

Sin duda, maestro, sería un gran momento por lo que significa Cali para usted

Cali es mi segunda casa. Cuando era novio de mi esposa estaba aburrida ya de tanta conversaciones en las que yo le decía que se iba a enamorar de Cali porque a ella le encanta Medellín, Bogotá le gusta, pero un poquito frío por la altura, pero cuando llegó a Cali fue otra cosa, y luego está la comida, ese pandebono de ustedes, definitivamente como dicen ustedes ‘Cali es Cali y lo demás es loma’. Para mi Cali fue la primera ciudad de Colombia que me abrazó.