EL SONERO INMORTAL
ISMAEL RIVERA
93 AÑOS
DEL SONERO MAYOR
Por Juliet Parra
Fue conocido como “El Sonero Mayor, El Rey Maelo, El Brujo de Borinquén y recientemente leí por ahí que un reconocido cantante lo llama “El Arquitecto del Soneo” Ismael Rivera ha recibido estos títulos debido a su tremenda habilidad en la interpretación del son, un género musical cubano que combina ritmos africanos y españoles. Su estilo único y su maestría en improvisar letras lo hicieron sobresalir en el ámbito de la salsa y la música afrocubana.
Si estuviera vivo, Ismael Rivera, estaría festejando su cumpleaños número 93, pero aunque no esté físicamente presente, sus admiradores, festejaremos en su memoria, no pasaremos por alto o con indiferencia semejante fecha tan determinante para la salsa y la música afroantillana.
Maelo, como también era conocido, nació un 5 de octubre de 1931 en Santurce, el barrio más antiguo y más poblado de San Juan, Puerto Rico y aunque partió de nuestro mundo siendo muy joven a sus 55 años, el 13 de mayo de 1987 en San Juan, su legado perdura hasta hoy y perdurará por muchísimo tiempo, pues Maelo pertenece a ese selecto grupo de genios que con su existencia han impactado significativamente al mundo, su vida es la metáfora de aquellas supernovas, esas estrellas masivas que explotan a una edad temprana en el cosmos (guardando las proporciones respecto a la edad de los astros) brindándonos un espectáculo único y dejándonos su infinita luz. Su legado, su música, su alegría y su inigualable voz, son esa luz que ha trascendido hasta hoy. Recuerdo curiosamente que el primer sonero y cantante de salsa que escuché y del que me habló mi padre siendo una niña fue Ismael Rivera y me capturó de inmediato, que puedo decir, la vida privilegió a mis oídos desde el principio.
Podría dedicar este artículo completo a recordar como suele hacerse en los natalicios de los cantantes reconocidos, su biografía, toda su trayectoria, el orden cronológico de sus éxitos, sus claroscuros, sus episodios grandiosos y lamentables, desde su infancia con Cortijo y su maravillosa dupla que produjo 15 álbumes, pasando por sus Cachimbos y la Fania, pero he decidido ovacionarlo con un texto que haga justicia a su genialidad y virtuosismo como la leyenda de la salsa que es.
¿Por qué fue llamado el Sonero Mayor?
Desde sus primeras grabaciones con la Orquesta Panamericana y su fusión explosiva y legendaria con Rafael Cortijo, demostró que no era un cantante más. Ismael Rivera rompió patrones, aplicó sus influencias musicales a su estilo orgánico de cantar los ritmos cubanos especializándose en ritmos autóctonos. Redefinió el término “sonero”, lo que, hasta entonces, era solo el calificativo para los intérpretes del “son”, ya fueran músicos o cantantes, el sonero improvisa con lucidez sobre el tema principal dando respuesta al coro, tradicionalmente había un espacio que era completado por el cantante pero Ismael Rivera rompe las reglas, se adelanta y pisa el coro, lo que en su momento no fue bien visto por los críticos, sin embargo Maelo fue contundente e impuso su estilo, revolucionó la forma de cantar salsa, un ejemplo excelente de llevar al máximo esta tendencia de introducir en un espacio limitado un gran número de palabras y soneos de forma tan audaz es la versión del “cumbanchero” tema de Rafael Hernández interpretado por Maelo en 1971 grabado con el respaldo de la orquesta de Kako. Podemos reafirmar su increíble talento y sus destrezas que revalidan el título de SONERO MAYOR.
Dice Gilberto Santa Rosa que el aporte mayor de Ismael Rivera fue el concepto rítmico y que su “fraseo” y su “soneo” son casi una ecuación matemática. Creó su propio lenguaje entre los soneos, haciendo comentarios e, incluso, usando palabras que inventaba a base del ritmo, podríamos decir que fue un neologista, palabras como “Maribelemba”, “bituquibaquilimbim” y su inmortal “ecua jey” son expresiones que parecen sacadas de la poesía negra, con matices de barrio, calle y tradición, pero en realidad son creaciones del artista quien sabía muy bien cómo marinar con muchísimo sabor su música. Nadie cantaba así, nadie se atrevió a romper las reglas ni a redefinir lo que significaba ser un “sonero”, Su estilo espontáneo, simple y a la vez tan enérgico ha sido inspiración para generaciones posteriores de cantantes de salsa que encuentran en nuestro Maelo una escuela, una inspiración y una referencia musical.
En esencia esa mezcla de elocuencia, con malicia callejera, manejo magistral de la clave y desfogue de creatividad hacen de Ismael Rivera EL SONERO MAYOR. Y si hay que dar fe de ello, escuche “Cucala” con Cortijo, “Traigo la salsa” con sus Cachimbos y su versión del clásico “Bilongo” con las Estrellas de Fania.
Maelo como todo grande creó escuela y esta escuela formó alumnos aventajados, como Chamaco, Marvin Santiago, Frank Hernández, cantantes que de una u otra forma adoptan su estilo y que además del campo estrictamente musical tienen una referencia muy concreta y muy cercana al barrio, lo cual los dota de una atmósfera de honestidad al momento de interpretar.
Muchos grandes como Cheo Feliciano, Rubén Blades y Héctor Lavoe admitieron haber sido influenciados por el Sonero Mayor, con orgullo reconocieron que en sus estilos Ismael Rivera causó un gran impacto, se convirtió en toda una leyenda inspiradora tanto que se han escrito libros, se han creado grupos de fanáticos y estudiosos que discuten su fenomenal e incomparable estilo.
Por todo lo anterior yo agregaría un nuevo título además del SONERO MAYOR y todos los demás, me atrevo a llamarle EL SONERO INMORTAL dado que Ismael Rivera es sin duda uno de los mejores soneros de la historia, su influencia ha dejado una huella imborrable en la música latina, su voz será eterna, alegrará infinitamente oídos y corazones. Hoy en su natalicio, al anochecer, miraré hacia las estrellas, en el espacio infinito, imaginaré a nuestro Maelo convertido en una de ellas, una estrella sonera, con su voz de sabrosura sin igual y contagiosa, entonando aquellas líneas de SATÉLITE tema de su álbum “Traigo de todo” de 1974…
Aquí arriba en el espacio
todo se goza despacio…
¡Gózatelo eternamente y muy despacio, feliz cumpleaños Maelo!