Puerto Rico, la isla del encanto, ha sido cuna de grandes cantantes, compositores y músicos. Pero hablar de Noro Morales significa hacer referencia al primer gran embajador musical de cuna borícua, pionero de lo que hoy se conoce como Salsa. Podemos catalogarlo como el mentor de otros tres grandes de nuestra música como lo fueron Tito Puente, Pablo Rodríguez Lozada (Tito Rodríguez) y Frank Raúl Grillo (Machito). Para los latinos de Nueva York durante la década de los años 40s y a comienzo de los 50s, el escuchar el nombre de Noro Morales significaba música bailable, excitante. Director de orquesta, connotado pianista y espléndido compositor; admirado y respetado por la crítica especializada, siendo valorado como un referente para muchas generaciones…
Morales era un hombre obeso que media cinco pies y ocho pulgadas de estatura, y pesaba 280 libras durante la plenitud de sus años. Noro era un héroe puertorriqueño en los años 40s, principalmente por dos razones; la primera, porque algunos de los títulos de las canciones que él escribió llevaban los nombres de varias ciudades de Puerto Rico, y la segunda, porque sus trabajos contenían líricas de Rafael Hernández Marín, las cuales exaltaban la cultura de la isla. Fue, sin duda, una de las figuras más prominentes para el desarrollo salsero, al convertirse en la figura latina de más prominencia en el ambiente musical neoyorquino justo cuando las formas melódicas afro caribeñas definían su curso. En el mapa de la música del Caribe, tres décadas antes del surgimiento de la Salsa, Noro Morales fue la figura puertorriqueña de más valor como representante de la rumba y la guaracha…
Su primer trabajo como miembro de una orquesta fue con la candente orquesta de Alberto Socarrás Estacio, la cual realizaba muchas presentaciones en clubes nocturnos de Jazz y de ambiente latino. No obstante, Noro nunca llegó a ser intérprete de Jazz. Desde 1940 a 1950, su actividad se desenvolvió casi totalmente en Nueva York, en los escenarios de los clubes La Conga, Stork Club y China Doll, entre otros; a tiempo que alternaba con otras orquestas, como Tito Puente, Bobby Byrne, José Fajardo, y otros. Ganó así fama en la colorida localidad de Harlem, donde surgieron otras figuras de la música popular como Count Basie, Duke Ellington and jazz band, y otros, que así, como Noro Morales, se desenvolvían en clubes nocturnos de esa localidad, tal como el famoso Toreador, muy frecuentado por músicos latinos…
Su versatilidad en la ejecución del piano hizo de Noro Morales uno de los más reputados intérpretes del instrumento. Su estilo se hizo característico e inconfundible, por su habilidad en el recorrido del teclado, con originales «solos» y «montunos», en cuyos fraseos musicales se destacaban indefectiblemente las tonalidades agudas. Se convirtió en uno de los vendedores de discos más fuertes en el mercado de los años 40, fue poseedor de un sentido rítmico maravilloso que, según los expertos, arropaba al piano y suministraba sentido al contrabajo, las conga, las maracas, el bongó y los timbales…
Para la primera mitad de los años 40s, los grupos de Noro Morales y Xavier Cugat fueron las bandas más populares en los lugares artísticos de la ciudad de Nueva York. Luego en 1945, el principal rival de la orquesta de Noro Morales fue la orquesta de Frank Raúl Grillo (Machito). En este periodo, la banda de Noro recibía el mayor pago que orquesta alguna podía recibir; por donde quiera que Morales y su grupo aparecían, los músicos de otras bandas venían solamente para ver a la orquesta en acción. Eso fue lo que hicieron en muchas ocasiones Tito Puente, Tito Rodríguez, Charlie Palmieri, Héctor Rivera, Lou Pérez; Pete Terrace, Frankie Colón y Ken Rosa. Nunca olvidó sus raíces de barrio latino de bajos recursos y continuó amenizando bailes en comunidades hispanas…
En 1942 llegó la oportunidad de su vida para alcanzar el estrellato internacional, y fue cuando Noro grabó su composición “Serenata Rítmica”. Una pieza maestra, rica en melodías y llena de pasión, que por meses fue escuchada diariamente en las comunidades latinas. De un momento a otro la orquesta comenzó a recibir ofertas del mundo anglo para tocar en el centro de Manhattan, un área que hasta antes de los 40s estaba cerrada para las bandas latinas. «Serenata Rítmica» atrajo a las masas de anglos cuando la orquesta de Noro apareció en los clubes del centro. Pero la segunda guerra mundial estaba llegando a su punto mas alto, y en 1943 el país experimentó una escasez de vinilo, lo cual causó una suspensión en las grabaciones de música latina. Los sellos principales se concentraron solamente en grabaciones de bandas y vocalistas de pop americano reconocidos. A los artistas latinos que grababan (excepto a Xavier Cugat), les cancelaron sus contratos con Decca y Columbia…
Durante la mitad y a finales de los 40s, su adicción al juego aumentó. Él necesitaba el dinero para pagar la asistencia de divorcio a sus ex-esposas e incluso, comenzó a apostar en los casinos. En 1952, mientras su orquesta se presentaba en el Montmartre Cuban night club and casino de la Habana, Noro llegó a cambiar diez billetes de 100 dólares por diez fichas. Llegaba a perder cien dólares por minuto durante diez minutos en la ruleta. Cuando estaba en Nueva York, Noro vivía en el Hotel Victoria en el centro de Manhattan. Era diabético, bebía ron todos los días, se mantenía siempre bien arreglado y gastaba grandes sumas de dinero en colonias costosas. Era ingenuo con las mujeres. Se sentía enamorado con cada cara bonita que veía. Se casó con tres mujeres. Ellas se divorciaron de él y así obtuvieron una asistencia económica. En algunas ocasiones, fue amenazado con ir a la cárcel por incumplir los pagos de las asistencias. Para cumplir con las demandas de asistencia por divorcio, él llevó a cabo muchas grabaciones de contrabando usando seudónimos. A Noro no le gustaba firmar contratos. Él estaba acostumbrado a decir, vamos al estudio y ya…
Luego de 1961, durante sus últimos años, el peso de Noro Morales llegó a subir a más de 300 libras. Tristemente nadie sospechaba que se estaba quedando ciego hasta que se cayó de una tarima durante una presentación. Noro murió muy joven, el 15 de enero de 1964, a la edad de 53 años, murió en el Hospital San Jorge en San Juan, Puerto Rico. Debió haber vivido más tiempo si hubiera llevado una vida más sana. Se rumoraba que él consumía una botella de ron al día. Eso, sumado a la obesidad y a la diabetes, debieron ser las causas de su temprano fallecimiento…
FUENTE: LOSMEJORESSALSEROSDELMUNDO